PLANIFICACION Y AGUA PARA EL DESARROLLO
Por Felix Bautista (Senador Republica Dominicana)
Como es habitual, en las mañanas una de las primeras cosas a realizar del dia es sondear en las diferentes redes sociales noticias y articulos para despues planificar mis tareas como community manager. Hoy quiero hacerme eco del articulo escrito en La Vanguardia del Pueblo por el senador por San Juan de la Maguana Felix Bautista al respecto del recurso del agua, que transcribo textualmente. El agua es un bien absolutamente necesario para el ser humano y que en realidad es utilizado de manera abusiva por una parte del mundo y en otra parte del mundo es un bien totalmente escaso.
Por: Félix Bautista | 20 Mayo 2015
Desde temprana edad se nos enseña la importancia del agua para la supervivencia de todos los seres vivos y del planeta tierra en general: el agua supone entre el 50 y el 65% en la composición del cuerpo humano y aproximadamente el 70% del planeta tierra está compuesto por agua. En resumidas cuentas, el agua es vida. Pero este preciado e insustituible recurso no es ilimitado y solo funciona como recurso renovable si está bien gestionado.
El agua, y su importancia para la vida en general y como elemento básico del desarrollo sostenible y del desarrollo socio-económico de los pueblos, ha sido un elemento nodal en las discusiones de las agendas nacionales de los gobiernos y de las preocupaciones principales de los organismos internacionales. En este sentido, el agua debe ser suficiente para garantizar la supervivencia del planeta en sentido general y además debe ser apta para consumo humano, es decir, el agua debe ser accesible y potable.
Cuando en el año 2000 fueron establecidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), una de las metas contenidas en el objetivo 7 fue precisamente “Reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento.”
En el Informe de 2014 sobre los ODM, la ONU estableció que “Desde 1990, más de 2,300 millones de personas han logrado acceder a una fuente mejorada de agua potable, pero todavía hay 748 millones de personas que obtienen su agua de una fuente no mejorada.”
Además, en el informe antes referido, la ONU resalta que todavía hay importantes tendencias que amenazan la sostenibilidad del medio ambiente, entre ellas las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) que “en 2011 fueron casi un 50% más altas que las registradas en 1990” y esto provoca la pérdida de millones de hectáreas de bosques, mayores riesgos para las especies en peligro de extinción y que las fuentes renovables de agua se vuelven cada vez más escasas.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua contaminada o no saneada adecuadamente es un factor determinante en la transmisión de enfermedades como cólera, diarrea, hepatitis A, fiebre tifoidea y polio; y un estimado de 840 mil personas mueren de diarrea cada año como resultado de tomar agua no saneada.
En el año 2003, la ONU creó un mecanismo inter-agencias conocido como ONU-Agua (UN-Water en inglés), con la finalidad de complementar y facilitar las sinergias de las actividades desarrolladas por los Estados Miembros de la organización relacionadas con la administración saneamiento y consumo del agua; y el 23 de diciembre de ese mismo año, la Asamblea General de la ONU proclamó en la Resolución 58/217, el “Decenio Internacional para la Acción, “El agua, fuente de vida”, 2005-2015”, con la finalidad de “ocuparse más a fondo de las cuestiones relativas al agua en todos los niveles y de la ejecución de los programas y proyectos relativos al agua”.
En el año 2010, el derecho al agua y al saneamiento fue declarado como un derecho humano por la Asamblea general de las Naciones Unidas en la Resolución 64/292, del 28 de julio de 2010. En la referida resolución, la ONU expresó su preocupación “porque aproximadamente 884 millones de personas carecen de acceso a agua potable y más de 2,600 millones de personas no tienen acceso a saneamiento básico”.
En nuestro país, el derecho al agua se encuentra establecido en los artículos 15 y 61, numeral 1, de la Constitución. En el primero, se establece el agua como un patrimonio nacional “de uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida” y se establece la prioridad del agua para consumo humano, sobre cualquier otra actividad. En el artículo 61, el acceso al agua potable forma parte del derecho a la salud, junto al mejoramiento de la alimentación, de los servicios sanitarios, las condiciones higiénicas y el saneamiento ambiental.
El agua puede suponer un serio desafío para el desarrollo sostenible pero si es gestionada de manera eficiente y equitativa, el agua es clave en el fortalecimiento de los sistemas económicos, sociales y ambientales de los países. En este tenor, la Ley 1-12 sobre Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 (END), toma en consideración el recurso agua como un elemento de la planificación estratégica.
La END establece la garantía del acceso universal a servicios de agua potable y saneamiento, con calidad y eficiencia, como parte de los elementos necesarios para garantizar el Objetivo General 2.5 sobre una vivienda digna en entornos saludables. Para lograr esto es necesario desarrollar el marco legal e institucional de las organizaciones responsables del sector, así como la gestión eficiente y sostenible del servicio con énfasis en el desarrollo de una conciencia ciudadana sobre el ahorro, conservación y uso racional del agua.
Actualmente se encuentra en estudio en el Senado de la República el Proyecto de Ley de Aguas de la República Dominicana, cuyo objeto es regular el dominio público de los recursos hídricos para preservar su calidad y cantidad con miras al desarrollo sustentable de la nación.
Como bien establece el Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Mundial del Agua 2015, los recursos hídricos son fundamentales en la lucha por la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
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